En esta sección, hablaremos sobre cómo afrontar la adolescencia y acompañar a nuestros hijos en esta etapa vital. A menudo, los padres se sienten perdidos ante el comportamiento de sus hijos adolescentes, pero no hay que olvidar que la adolescencia es una etapa de construcción, tanto para ellos como para nosotros. En este artículo, descubrirás cómo evitar errores frecuentes en la comunicación con los adolescentes, cómo fomentar relaciones saludables en la adolescencia y cómo ayudarles en la gestión de sus emociones.
Fomentar relaciones saludables en la adolescencia: las tres erres necesarias
Una de las mayores preocupaciones de los padres es cómo pueden ayudar a sus hijos a establecer relaciones saludables con otras personas. La ginecóloga Miriam al Adib Mendiri explica en su libro «Hablemos de adolescencia» que para fomentar relaciones afectivas saludables en la adolescencia, es fundamental transmitir a los adolescentes las tres erres necesarias: respeto, responsabilidad y reciprocidad.
El respeto es fundamental para una relación sana, tanto hacia uno mismo como hacia los demás. Es importante que los adolescentes comprendan que nadie puede exigirles algo que no quieren hacer y que es necesario respetar tanto su propia integridad como la de los demás. La autora señala que es esencial establecer límites claros para evitar situaciones de abuso o manipulación. «Si a pesar de decir a una persona NO, sigue sin respetar, entonces si es necesario, habrá que cortar la relación de raíz», afirma.
La responsabilidad también es clave para fomentar relaciones saludables. Los adolescentes deben comprender que son responsables de sí mismos y que cada uno tiene que hacerse cargo de sus propias decisiones y consecuencias. Al mismo tiempo, deben aprender a respetar los límites y decisiones de los demás.
La reciprocidad es la tercera erre necesaria. Los adolescentes deben aprender que una relación saludable se basa en dar y recibir de manera equilibrada, y que no deben permitir que la otra persona abuse de su confianza o su generosidad. En definitiva, las tres erres son fundamentales para fomentar relaciones afectivas saludables en la adolescencia y para que los jóvenes sepan establecer límites y mantenerse firmes ante situaciones que no les convienen.